La fórmula del renting de coches está pensada para empresas, ¿verdad? Pues no necesariamente.
El renting de vehículos es una modalidad de adquisición que incluye financiación, garantía, mantenimiento y seguro en una sola cuota mensual. Una de sus principales ventajas es el ahorro fiscal que supone convertir la compra en un servicio integral, por eso parece estar pensado sobre todo para empresas que además de convertir la amortización en un gasto corriente se pueden deducir el IVA de toda la operación.
¿Qué sentido tiene el renting para un particular?
1 - El renting convierte un coste variable en un fijo
Uno de los principales inconvenientes de tener un coche en propiedad son los costes intermitentes que genera. Un mes toca revisión, otro mes toca cambio de ruedas, renovación del seguro... son costes altos para el común de los mortales, y tienden a presentarse en el momento menos oportuno.
El renting de coches elimina todos los picos y valles en el coste de mantenimiento, incluyendo los que se podrían producir por averías graves o accidente, y los convierte en una cuota fija y blindada al mes. Pase lo que pase, siempre pagamos lo mismo.
El renting incluye un seguro a todo riesgo y la cobertura total de reparaciones, mantenimientos y recambios, incluso de piezas de desgaste como los neumáticos (dentro de unos límites razonables establecidos por contrato).
Más que comprarnos un coche, estamos contratando el servicio de tener un coche disponible.
2 - Tranquilidad total, sin sorpresas
Además de convertir todos los costes del coche en una cuota fija, el renting suele incluir un coche de sustitución en caso de accidente o avería. Esto significa que incluso cuando se producen imprevistos el problema que nos generan es mínimo.
En caso de incidencia llamaremos a la compañía de renting y ellos se encargarán de todo.
3 - Un buen mecanismo si cambias de coche a menudo
Las cuotas de renting están basadas en el valor total del coche más el coste estimado de mantenimiento para los kilómetros contratados, menos el valor residual garantizado al final del contrato.
Esto significa que hay una parte importante del valor del coche (el valor residual garantizado) que nunca llegaremos a financiar ni a pagar. Si tu intención es cambiar de coche con frecuencia, digamos cada 5 años o menos, el renting es una fórmula que tiene mucho sentido ya que nos ahorra el problema de vender nuestro coche usado para comprar otro.
En este caso, al final del contrato simplemente cambiaríamos de coche renegociando la cuota mensual y tendríamos un coche nuevo al instante.
4 - Ahorro de tiempo
Al final el tiempo es oro, así que todos los trámites que nos vamos a ahorrar gracias al renting se van a traducir en facilidades y eliminación de burocracia.
No hay que contratar un seguro, no hay que matricular, no hay que firmar transferencias, no hay que buscar talleres ni precios de neumáticos... sólo hay que llamar a la compañía de renting para que se encarguen de hacer cualquier gestión.
5 - Posibilidad de escoger cualquier coche del mercado
El renting de coches no está restringido a vehículos comerciales o de lujo, sino que está abierto a cualquier modelo y versión del mercado, desde utilitarios o urbanos hasta monovolúmenes o los tan de moda SUV.
Esto significa que podemos encontrar cuotas desde unos 200 €/mes para los utilitarios más pequeños y básicos (ver ejemplo del Skoda Citigo , compactos desde unos 300 €/mes (ver ejemplo del Opel Astra , SUV medianos desde 300 €/mes (ver ejemplo del Kia Sportage ) SUV de lujo por 700 €/mes (ver ejemplo del Jaguar F-Pace ) hasta cerca de 1.500 €/mes para coches de muy alta gama (ver ejemplo del Porsche Cayenne )
Si quieres consultar la cuota de renting de cualuquier modelo del mercado, entra en nuestra sección de renting y descubre lo fácil que es escoger y contratar.