Con un aspecto que se queda a medio camino entre un compacto y un SUV, el BMW X2 me parece la definición perfecta de lo que es un crossover. Si bien diría que el exterior es moderno y juvenil, lo cierto es que el interior necesita un cambio de aires cuanto antes, ya que se ve apreciablemente más antiguo al estar construido y basado sobre modelos de BMW más antiguos que el propio BMW X2. Sin embargo, en su defensa debo decir que la calidad de construcción me ha parecido buena, con materiales en algunas partes sencillos pero en general bien escogidos y sobre todo bien ajustados. Su espacio es correcto, así como su equipamiento (que puede ser muy abundante), y pese a la tracción delantera, el BMW X2 me ha gustado durante su conducción gracias sobre todo al buen trabajo que los ingenieros de la marca han efectuado sobre el elementos como la dirección, directa y comunicativa, o la suspensión, muy bien puesta a punto para resultar firme pero no incómoda. En general es un vehículo con cierto toque SUV pero que retiene la mayoría de ventajas de un vehículo compacto, resultando más apropiado para determinados usos y necesidades.
Daniel Valdivielso
3,5
Apuesta dinámica en el segmento C-SUV
Calidad de acabados, comportamiento, posibilidades de equipamiento
Precio elevado, equipo de serie, gama inicial limitada