Considero que el Fiat 500c es un coche sumamente apropiado para recorridos urbanos. Su confort de marcha es notable y sus pequeñas dimensiones son idóneas para callejear, a lo que debemos sumarle la posibilidad de disfrutar a cielo abierto. Y es que dicha combinación convierte al descapotable italiano en el coche perfecto para el verano, ir a la playa y afrontar la ciudad sin complicaciones.
Cierto es que no estamos ante un coche ideal para afrontar viajes por autopista, pero se defiende lo suficiente. Y es que al fin de cuentas tanto por tamaño, potencia y ruido aerodinámico, el 500C demuestra que su mejor baza es la de ser un coche puramente urbano.
No obstante, la puesta a punto del chasis es noble e ideada para no sentir las irregularidades del asfalto. Nos encontramos así con un coche cómodo, con una dirección blanda y una suspensión que contiene bien los balanceos pero que no es dura en exceso.
Pero el Fiat 500C también ofrece ciertos puntos negativos. Además de no ser un coche ideal para llevar a cuatro pasajeros, ofrece una posición de conducción demasiado alta, lo que puede ser un inconveniente para personas de gran estatura. Tampoco cuenta con una carga tecnológica apabullante y, pese a que los ajustes no son malos, el material protagonista es el plástico duro.