Hoy en día el mercado de coches urbanos está prácticamente extinto, pero las pocas alternativas disponibles siguen cumpliendo una función clave: ofrecer soluciones de movilidad por un precio asequible, además de contar con consumos contenidos y un tamaño óptimo para moverse (y aparcar) en la jungla urbana. El Hyundai i10 cumple todos estos requisitos, y lo hace creciendo ligeramente, y quedándose a un paso de un segmento B.
Esto es positivo en muchos aspectos: el Hyundai i10 es más "coche" que otros urbanos, y gracias a ello, tiene un espacio más satisfactorio en las plazas traseras, y además, un maletero de 252 litros, uno de los más grandes del segmento. Su habitáculo está construido con plásticos duros, pero no se siente un coche barato y además, cuenta con una gran carga en tanto tecnología como infoentretenimiento.
Un detalle que me sorprende y agrada es que cuenta con una versión N-Line de 100 CV y motor turbo, de prestaciones mas que buenas para su tamaño y peso. Esta versión eso sí, es cara y es muy de nicho. Por equilibrio entre precio y consumos, los más interesantes son los motores de 1,0 litros y 67 CV y 1,2 litros y 84 CV.