Si imaginásemos la versión SUV del Mercedes Clase C, la berlina más popular de la casa alemana, tendríamos ante nosotros el Mercedes GLC: un SUV de tamaño mediano orientado a un uso, eminentemente, familiar.
El interior del Mercedes GLC es prácticamente idéntico al que encontraríamos en el Mercedes Clase C. Es decir, es un habitáculo con nobles materiales, buenos acabados y mucha amplitud para todos los ocupantes: los de la fila delantera y los de la trasera, que no verán comprometido el espacio disponible para sus piernas y su cabeza. Ofrece, además, un elevado nivel de equipamiento y un maletero con 620 litros de capacidad: una cifra acorde al segmento en el que se sitúa.
El Mercedes GLC es un SUV que ofrece al conductor un correcto equilibrio entre dinámica, aplomo en carretera y maniobrabilidad en las calles de la ciudad. Completa su propuesta con ciertas aptitudes para abandonar el asfalto, puesto que cuenta con un modo de conducción Offroad, control de descenso inteligente y cámaras de 360 grados.
La gama mecánica del Mercedes GLC ha sido diseñada para no presentar carencias en ninguna situación: con cualquiera de los motores que ofrece se moverá con comodidad y soltura, incluso con el habitáculo cargado. Una de las grandes ventajas es que esta gama está compuesta por mecánicas electrificadas de cuatro cilindros: tanto con hibridación ligera como enchufable.
Cabe destacar que los microhíbridos suman un aporte de potencia puntual que puede llegar hasta los 23 CV y la etiqueta Eco. Los híbridos enchufables, por su parte, lucen el distintivo ambiental Cero y tienen la capacidad de circular entre 104 y 120 kilómetros en modo eléctrico gracias a una batería de iones de litio con 31,2 kWh de capacidad.
Elena Sanz
3,7
Diseño y calidad Mercedes para el SUV mediano
Estética, diseño y espacio interior, calidad percibida alta
Motores diésel ruidosos, precio de opciones elevado