La propuesta del Skoda para el segmento B-SUV me parece de las más atractivas del mercado gracias a la excelente calidad de ejecución del interior, propia de segmentos superiores.
Todas las versiones cuentan también con mucho equipamiento de seguridad y confort, algo que es de valorar. A destacar las ópticas con tecnología LED, el limitador de velocidad, ordenador de viaje, el aire acondicionado, los elevalunas y espejos eléctricos o el completo sistema multimedia con pantalla táctil. Los acabados medios y bajos son los mejores en relación valor-precio, quedando mucho mejor situados que los Monte Carlo o Scout que ya resultan caros.
A sus mandos es un coche muy correcto que posiblemente no enamorará por su tacto dinámico y sí por hacerlo todo muy bien, dando una sensación de seguridad muy elevada. Las soluciones "simply clever" habituales en todos los Skoda me parecen un acierto.
La oferta mecánica se limita a los motores de gasolina con hasta 150 CV de potencia y la alternativa a metano con solo 90 CV que tiene un coste de utilización especialmente bajo pero unas prestaciones algo justas. La caja de doble embrague DSG está disponible en muchas versiones y es un extra que te aconsejamos si haces mucha ciudad.