Basado en el Skoda Octavia Combi, el Skoda Scout aporta ese toque campero y robusto que tanto gusta en el mercado actual. Su diseño me parece atractivo tanto a nivel visual como a nivel constructivo.
Esa misma sensación del exterior se repite en el interior, donde me encuentro con un ambiente muy agradable gracias a un diseño limpio y minimalista y una más que acertada elección de materiales, que aportan calidez y una buena sensación de calidad. La carga tecnológica de este modelo me parece correcta, en la línea del segmento, aunque elementos como los mandos táctiles para el climatizador no me parecen la mejor solución.
Al conducirlo me ha gustado su tacto en general, ya que resulta suave y fácil de conducir, aunque no me ha dado sensación de ser un coche excesivamente blando, lo que permite circular con alegría sin parecer que vamos a derrapar de lado a lado. En el lado negativo, tengo que destacar la presencia de algunos tirones en la caja automática, especialmente al maniobrar a bajas velocidades, tirones a los que, eso sí, terminas acostumbrándote con el paso de los kilómetros.
En términos generales, me parece un buen coche: cumple en todo sin ser brillante, pero tampoco decepciona.
Daniel Valdivielso
3,5
El Scout es una versión elevada del Octavia Combi
Gama de motores, comportamiento, versatilidad, espacio interior y maletero